En ocasiones uno se ocupa
porque se dejó pasar los eventos
sin resolver, ni siquiera lo más básico:
deja uno ir un examen sin anotar siquiera el nombre
deja uno que el guiño se siga de largo, por la calle, hasta la chingada
se deja uno de crecer un poquito más y se calza los zapatos para sentir la arena
permite estúpidamente uno que el cielo baje hasta acá, con la lluvia, sin prometérselo a nadie
Yo dejé pasar los eventos
y no me arrepiento de nada
mi vida no esta hecha de eventos
-ni cósmicos ni infraterrenos ni na'-
sino de amigos y de tragos y de canciones
(como una canción triste para los momentos bajos)
y de comer un poquito y de no dormir y de películas
(Inception In the mood for love)
y de quiero/noquiero hacerlo
consciente de lo que implica.
Sólo así uno deja pasar los eventos
c o n s c i e n t e
de lo contrario pasan solos
se largan dejando a uno con las ganas
-como de coger
y no tener ni mano ni sexo-
inconclusas.
Pero el destino es cabrón y no deja pasar a uno
y no se va hasta cobrar factura
así que ordena el universo para que uno tenga
que construir Tenochtitlan
para ayer
-aunque uno no pueda-
y no hay de otra
por eso
-por el puto destino que no deja de estar jodiendo
como si se creyera la radiación de un pinche hongo atómico-
en ocasiones uno se ocupa.
C. A. E.
6/02/13
A veces uno se ocupa de no hacer nada.
ResponderEliminarPues te diré, olvidar al mundo es la labor más difícil que conozco
Difícil y cuesta caro, pero muchas veces vale la pena, Omar. :D
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