jueves, 30 de agosto de 2012

Lo que queremos en México

Los economistas quieren ver ganancias; las princesas quieren ver galanes; los meteorólogos, ver gototas; los músicos -más realistas- ver guitarras; los deportistas quieren ver ganar a su equipo; los de protección animal ver gatitos mientras que los empresarios no se conforman con una cosa, quieren ver gasolina y ver gasolineras. Lo que todos los mexicanos queremos es ver ganar a la democracia en nuestro país. Lo que nos van a dar es pura verga.
¡Quique presidente!


Me pregunto si sabrá que su campaña está inspirada en la obra de Andy Warhole (mi ídolo del PopArt).

lunes, 27 de agosto de 2012

Alcohol


Todavía me cargo una resaca celestial. Ya no es física -tanto-, ahora es de esas que llegan cuando te das cuenta de lo que hiciste mientras estabas inconsciente (o peor, que no te puedes enterar). Les adelanto, no me enamoré, quizá eso sea de lo más malo. Las personas deberían enamorarse estando ebrias, sólo así puede ser bueno el amor. Si estás en tus cinco sentidos podrás recriminarte que alguna vez te diste cuenta de eso que ahora te parece insoportable; en cambio, si estabas ebrio cuando nació el "amor", mandarás a mingar a su chadre al puto de Cupido con todo y medianaranja. Pero eso no importa porque yo no me enamoré -al menos en esta peda-, esta vez sólo perdí una camisa y a esta hora ya la recuperé. No me molesta haberla perdido, es más, de haber tenido un buen motivo, me la hubiera quitado por las buenas y sin más problema. Lo que me incomoda un poco es no saber a que hora la perdí ni como fue que pasó. Meto un poco de contexto, la reunión fue en casa de una chica a la que apenas conozco; fue una de esas fiestas que se hacen en las licenciaturas para dar a conocer la mercancía recién llegada de esas carnicerías llamadas universidades, por lo tanto, era más o menos saludable. Nada de música a volúmenes estridentes ni vapores excesivamente aromáticos saliendo de pipas o cigarros, eso sí, galones y galones de destilado de caña, vodka, tequila y creo que alguna botella de ron y mezcal. Se imaginarán que estuve al tanto de todas mis acciones hasta justo antes de quitarme la camisa, luego me la quité y me fui a dormir a casa. Cuando desperté, el sábadodíadelSeñor por la tarde me di cuenta que la había dejado. Y como hasta este momento, no recuerdo haberla sacado de mis brazos. 
Todo el sábado tuve esos terribles dolores que mandan los dioses a quienes son lo suficientemente estúpidos como para tomar una gran cantidad de su elixir de la claridad. No sé si será la muerte o el medio vaso de jugo de uva que me tomé con el cereal -¿¡existe castigo peor que despertar cocido por el alcohol y solamente tener cereal con leche para desayunar!?-, pero ahí estaba, una mancha rojísima a medio camino entre la cama y el baño. El olor péptico del cereal que había hecho un viaje redondo boca-estómago-boca no me desagradó tanto como el color hemático que había ganado en el transcurso. No fue eso lo que me recordó mi camisa, de hecho a esa hora ya la había vuelto a olvidar. Al despertar vi mi playera y mi pantalón en el bote de la ropa sucia (hasta ebrio soy capaz de separar mi ropa sucia de la limpia) y me pregunté en dónde la había dejado, y es que aún ahora no recuerdo habérmela quitado.
Hablando de eso de licores y de olvidar: ayer me platicaba un amigo que la libertad espiritual se consigue con alcohol. Hoy no estoy tan seguro. No sé si sea por los calambres en el estómago que me despertaron esta mañana o por que todavía tengo sed, pero más bien me siento como uno de los esclavos de Salomón dentro de un anillo mágico. Hay una frase latina que me gusta mucho, es animæ excidium, en español sería "la destrucción del alma". No podría decir que el alcohol es la destrucción del alma, pero si en la tierra hubiera algo cercano a ello, sería el alcohol. Históricamente, el alma ha sido la cadena que nos ata a una sociedad occidental, y esto se ha dado porque la moral es la que posibilita la vida en comunidad. Supongo que es claro que la moral es el grupo de reglas a seguir para lograr la salvación del alma. Entonces, el alcohol, al relajar nuestro sistema vergonzoso, hace que olvidemos poco a poco el pudor y la moralidad. ¡Quizá después nuestras almas ardan, hoy colmémoslas de alcohol! En fin, que invertí tanto alcohol en mi alma que perdí mi camisa, una roja con tres disparos en la espalda. Hoy me la han entregado, con todo y los disparos. Me pregunto quien la encontró y como supo que era mía (bueno, seguro me vio con ella puesta).
La madrugada del sábado regresé a casa, un amigo me dejó en la puerta. Sé que la noche viernesábado bebí demasiado, se que besé a un chico que se coló a la fiesta y que un profesor ligó o algo por el estilo con una chica de nuevo ingreso a quien creía lesbiana y que la policía buscó pretexto para cargarse a algunos cuantos pero no lo encontró porque nadie fue tan estúpido para beber elixir destroza-almas del barandal hacia afuera (no vaya a ser que olvidáramos devolver las jarras a la cocina y la anfitriona no volviera a invitarnos) así que se fue sin su mordida y yo sin mi camisa roja con tres balazos en la espalda que no recuerdo haberme quitado.
El viernes besé a quien no quería besar, y lo hice totalmente lúcido y con descaro. No sé porqué, a lo mejor sí quería. Realmente no fue un día muy liberal, pero me atormenta saber que perdía una camisa justo antes de irme a mi casa, recuerdo que dos minutos antes de salir la traía puesta, igual la mochila, y sé que al llegar a mi casa ya no llevaba camisa, y que había usado una roja y que tenía tres disparos en la espalda y no me preocupé hasta ahora que una amiga me dijo que me dejaron esto unas muchachas que no conoce.Hoy lo vi y me dijo que si es cierto, que cuando salí ya no traía camisa. Nadie me ha sabido dar razón. Pensándolo bien, no me preocupa haber perdido una camisa, me preocupa no saber quien me la regresó y que nadie me ha podido dar razón de que fue de ella.

domingo, 26 de agosto de 2012

Respuesta a Are

Desencadenante (Are): "All that I need: Un poeta y un trabajo que me haga sentir plena =3"
Cadena en respuesta (a lo que no aspira a ser pregunta; Carlitos del mal): 
  • Regla número uno: seas gay o no, jamás, repito, jamás te enamores de un escritor, mucho menos de un poeta. No merecen ser amados, merecen que los destrocen entre los peores tormentos. Sólo así podrán seguir creando. Cuando algo se crea, otra cosa es destruida. Si te enamoras de un escritor, te destruirá para crear su obra, si destruyes a un escritor, serás tú quien alimente su obra. Asegúrate de que sufra, pero no te enamores. Enamóralo y  hazlo creer que lo amas, pero no te enamores de él (o de ella). Cógetelo si quieres o cítalo y nunca llegues; bájale el cielo cuando llueva -así no cuesta tanto trabajo- y prométele que vendrán lluvias suaves (pero no le digas que es un oráculo de Bradbury), es todo lo que necesita para saber que lo amas, entonces sabrá crear, será algo inperfecto (se verá así, como si algo estuviera mal, como si necesitara dar un salto más en algún lado). Cuando comience a sentir su destrucción comenzará su obra, la definitiva, la que realmente podría valer la pena. Pero debe ser la de él, no la tuya.
  • Regla número dos, quizá la cero: Un trabajo que te haga sentir plena... No pides nada. Quizá trabajar en una mansión, catando vinos, o paseando perros, o haciendo casi cualquier cosa (algo por lo que te paguen, obvio, y para alcanzar la plenitud, algo en lo que te paguen mucho) que te guste. Pero no. Eso no existe. Tu trabajo te puede gustar durante algún tiempo (una vida, si tienes suerte), pero la naturaleza humana es el cambio y en un momento dado dejarás de sentirte plena, Are. Lo que tu buscas es algo momentáneo (al igual que lo es un poeta), algo que terminará por desvanecerse. Pero no te aflijas,
  • Regla número tres: No importa lo que te he dicho, encuentra a tu poeta y el trabajo que te haga sentir plena. Apenas pase el instante en que ya no te hagan sentir plena, los puedes mandar al infierno y eso será lo mejor que podrías hacer, eso te hará sentirte plena otra vez (y no tienes que sentirte mal si mandas al infierno a un poeta, eso hará que su obra sea magnífica, por lo del trabajo siempre habrá otro que lo haga).
  • Regla número cuatro: Aunque quieras que tu obra sea perfecta, no dejes que te lastimen, que el dolor que tu obra necesita sea el del trabajo duro, no el del sufrimiento que otro te infrinja.
Esta no es una regla, pero te mando un abrazo, Petite Dame. 3:D

Carlos Aguilar Esparza

miércoles, 22 de agosto de 2012

Ateísmo

Hoy terminé de leer "La virgen de los sicarios" de Fernando Vallejo; después empecé a leerla otra vez. Está llena de frases que me emocionan y me encanta como el narrador se va por las ramas. Les dejo mi oración favorita:

Entonces entendí que Alexis no respondía a las leyes de este mundo; y yo que desde hacía tiempos no creía en Dios dejé de creer en la ley de la gravedad.

martes, 21 de agosto de 2012

Besto - Bestia


La segvonto estas teksto kiu mi skribis por iu interreta programo (sed mi nememoras la nomon el ĉi tiu).

Murdu, maĉu, glutu. Kun viaj ŝirdentoj disŝiru la karnon. Nutru viajn orelojn pro la agoniaj ĝemaĵoj de la via kaptaĵo, viajn piedojn pro la varma sango de la besto. Maĉu kaj glutu, maĉu kaj glutu, maĉu kaj poste vomu pelton. Vomu la ĉastecon, forlasu la honton preterlasu la malnesecon. Forŝiru karnon, ŝmiru sangon al viaj lipharoj –viaj idoj povas atendi-, glutu, plenigu muzelon kaj manĝosufikiĝu per sebo kaj tendenoj, glutu la peltaĉon kaj la nervojn, rompu ostojn kaj glutu oksipiton. Glutu, glutu, glutu! Ne rubigu karnon, ĉie glutu, ŝiru ribon kaj glutu viscerojn, ne maĉu: glutu, manĝu sen dispecetigi la molan mason, malfaru pulmojn, koron. Glutu intestojn, fetojn, feĉojn, hepaton, glutu. Defendu vian manĝaĵon, gruntu, montru viajn sangoŝrimajn ŝirdentojn, hirtu vian pelton, ne permesu ĝin proksimiĝi, ĵetu ungegojn, forevitu, disŝiru la karnon, forevitu, sangu, plorboju, mordu, ŝiru, murdu, maĉu, glutu.
Karlo Agilar Esparsa


El siguiente es un texto que escribí para un programa de internet (del que no recuerdo el nombre).

Muerde, masca, traga. Vuelve a desgarrar con los colmillos la carne, alimenta tus orejas con los gemidos agonizantes de tu presa, tus patas con la sangre caliente del animal. Masca y traga, masca y traga, masca y luego regurgita pelo. Vomita la decencia, deshecha el pudor, deshazte de lo innecesario. Arranca carne, llena tus bigotes de sangre, tus crías pueden esperar, traga, llena el hocico y atragántate de sebo y tendón, traga el pellejo y el nervio, rompe el hueso y traga el cogollo. Traga, traga ¡Traga! No desperdicies la carne, traga todo, arranca costillas y traga vísceras, no mastiques, traga, pasa sin triturar la masa blanda, desgarra pulmones, corazón, traga intestinos, fetos, heces, hígado, traga. Defiende tu alimento, gruñe, muestra tus colmillos ensangrentados, eriza el pelo, no dejes que se acerque, lanza zarpas, esquiva, rasga la carne, esquiva, sangra, aúlla, mata, desgarra, muerde, masca, traga.

Carlos Aguilar Esparza


lunes, 20 de agosto de 2012

Lete y Mnemósine

I
Dicen que el demonio nos vio beber de su manantial privado,
que nada nos dijo y permitió que apagáramos nuestra sed
de olvido...

II
Yo no lo recuerdo,
pero tengo esa constante impresión de haberlo vivido antes
o de que lo volveré a vivir
y que entonces tampoco enloqueceré
y volveré a quedarme quieto.
¿Es esto lo que Dios llama pecado?

III
¿De qué sirve la amnistía?
Las leyes olvidan fácilmente,
los daños tienden a desaparecer.
¿¡Pero yo qué hago con esta culpa!?

IV
Dicen que en el infierno hay dos ríos:
uno reinicia la memoria,
deja la mente vacía;
el otro hace recordarlo todo.
Los dos -para mí- son suplicio,
sufrir sin saber por qué
o recordar todo lo que me condujo hasta el hades.
Por hoy prefiero olvidar.


V
Dicen que el demonio nos vio beber de su manantial privado,
que nada nos dijo y permitió que apagáramos nuestra sed
de recuerdos...

Carlos Aguilar Esparza

domingo, 19 de agosto de 2012

Top diez: Las canciones más tristes del trailero depresivo

Para algunos la música es sólo un ruido que pasa por esta vida sin pena ni gloria, para otros es el acompañamiento de ciertos momentos decisivos, unos más disfrutan de bailar con ella o de de ser agasajados por un intérprete. Para mí, la música es parte de mi cuerpo, corre entre mis venas -le llaman glóbulos rojos- y entre mis neuronas, entra a mis pulmones, la absorben mis intestinos, late en mis ventrículos, me resuena entre el yunque y el caracol. Antes de dormir pongo música, la siento mientras duermo, despierto con ella; me acicalo escuchándola, me conecto los auriculares mientras cruzo la ciudad. Sufro las clases -no me permiten escuchar música- y revivo un poco durante los recesos. Como escuchando música, digiero con música, descanzo mientras la escucho. No puedo imaginar cuan terrible sería para mí un día sin música. Vivo per lei. Y como toda pasión, tiene sus lados bellos y sus lados macabros.
La mayor parte de la gente, al exponer sus pasiones presenta el lado "luminoso", lo artístico y bello, pues. Pero yo prefiero mostrar el otro lado, soy dinamita bajo este sol. Presente el lado triste. Justamente eso es a lo que se refiere esta entrada, una lista de mis diez temas tristes favoritos.
Algunos como "Yugoslavia" de Lena Katina, "Mad World" de Gary Jules, "Patas de Rana" de Andrés Calamaro o "Eleanor Rigby" de The Beatles no entraron en mi lista, pero pues bueno, a algunos nos parecen tristes ciertas canciones que a otros no o no les parecen tan tristes.
En el número 10 pongo "Everybody hurts" de R.E.M., especialmente me toca cuando se escucha el don't throw your hand.   En Youtube.
El número 9 es "Chiken wire" de Pernice Brothers, la primera vez que la escuche, los vellos de mis brazos se erizaron: And all the walls will fade to black, could she be thinking of another now? En Youtube.
La canción con el puesto número 8 es de Pink Floyd, "Comfortably Numb", me parece terrible tener un estado de ánimo como el descrito en la canción: -Just the basic facts, can you show me where it hurts? -There is no pain, you are recedind... En Youtube.
7: Ohne Dich, una canción de la banda alemana Rammstein. Esta canción me mueve ciertas fibras sensibles. Me parece cruel. Und die Vögel singen nicht mehr! (y las aves no cantan más). En Youtube
Nacho Vegas -mi cantante favorito- no puede faltar en esta lista, el número 6 de las canciones más tristes lo tiene él con su canción "Cerca del cielo": Y me aferro a una roca más dura que Dios y la falta de oxígeno nubla mi cabeza y sé que un poco más bastará para salvarme. El video de esta canción en el concierto Radio 3 (en Youtube, claro).
El número 5 es la canción que en muchos top ten he encontrado como la más triste de todas: "Gloomy Sunday" pero no cualquier versión, la que interpreta Billy Holiday, ¡esa mujer para al diablo con su voz! Angels have no throught of ever returning you. Would they be angry if I thought of joining you?En Youtube.
En el 4, casi llegando a los tres temas principales, está "Bala perdida" de mi tocayo Carlos Ann, y es que alguien disparó al destino y me tocó a mí ser una bala perdida sin objetivo ni una misión a cumplir [...]. Y no sé cuando la bala besará el suelo y descansaré para siempre con el polvo de la tierra. Oír la canción.
La canción número 3 más triste para mí es "Sunken soldiers ball" de Agua de Annique (la misma vocalista de The Gathering). Ésta en especial, me puede nublar la vista. I have no better words than "Thank you" and "Good bye". I wish I didn't have to see our love die... Deprímase aquí.
El número 2: "Hurt", específicamente la versión de Nine Inch Nails. La conocí a través de Tran, uno de mis personajes literarios favoritos (aparece en la novela Exquisite Corpse de Poppy Z. Brite, si alguien la tiene, me la puede regalar); existe una versión interpretada por Jhonny Cash, esa también es muy triste, pero quizá alcance sólo el lugar trece o catorce en esta lista. You could have it all, my empire of dirt. I will let you down, I will make you hurt... Ábrase las venas aquí.
Finalmente, el número 1, la canción que me parece más triste de todas cuantas he escuchado: "Poor Edward" de Tom Waits. Su voz es tan mortal, los arreglos, y la historia... me pone los pelos de punta (y más cuando me enteré que puede ser que Edward Mordake haya existido realmente). It was his devil twin and at night she spoke to him things heard only in hell, but they were impossible to separate: chained together for life... Muera de tristeza aquí.




jueves, 16 de agosto de 2012

Storm

See so softly, soul of silence,
how she leaves you, how she's sailing
when the sea with unseen violence
speaks the secrets of the past.

Fast as thunderbolt in open
spaces, the waves -fast comes, fast broken-
flows with fangs that bites the wooden
ship who takes her far from you.

See so sadly, weeping warrior,
there is rain, but there's not rainbow:
she's now leaving, she won't back to
be with you. She won't come back.

The fait's lost, the hope is stormy,
 the wind screams and licks with fury,
and the lighthouse now is burned.
The only light comes from the sparks.

Dark's the wather, there no matters
what you wish, you won't see her.
The close rain and the brave waves
hide her of your lovely view.

She, so lonely, lost at darkness,
looks beside searching the pier;
won't return from ocean's travel,
she'll be killed by Hurricane.

Carlos Aguilar Esparza

miércoles, 15 de agosto de 2012

Sobre el cielo, bajo el infierno


La decepción fue inmensa. Nadie arrojó rocas mientras subía. Tampoco había un esqueleto de leopardo, ni siquiera una araña robótica; no había dioses a quienes reclamar. Si bien el ascenso fue casi irrealizable, también lo es en otras montañas. Lo mismo fue en Manaslu y Lhotse y en Nanga Parbat y en los otros veinte ochomiles. Tampoco en esta ocasión hubo piedra que rodar cuesta arriba. Ni aves que devorasen las entrañas empeñadas en regenerarse. No hubo nada de lo que cuentan los mitos y la literatura. Tampoco en la paz de las alturas, las estrellas se apagaban una a una... En definitiva, el monte no fue un calvario. Ni un Everest, ni un Olimpo. No hubo Arca anclada, ninguna Montaña del Dolor. El aire no huele a libertad en la cima. Eso es otra cosa que falta. De día o de noche el cielo es el mismo hueco negro -o azul pulcrísimo- a través del que miran blancas esas perras en jauría. El silencio miente, ¡es tan hueco el retumbar de la tormenta cuando es tan eterno como la nieve! La vegetación es asombrosa, hay pestañas cubiertas de vaho congelado hasta donde la vista alcanza ¿Las pestañas son vegetación o son fauna? De un modo o de otro es lo único que se distingue en el paisaje. Sólo eso hay hasta donde llega la vista. Arriba, en donde ya no se puede hacer ningún camino que suba, no existe el calor. La piel pierde la sensibilidad. Los oídos palpitan y zumban la altura. El blanco y el negro se licúan ante los ojos. Se envidia -aunque sólo por poco tiempo- a los ciego (quizá durante una eternidad). Uno sabe que el aire atraviesa entre las vibrisas, pero no huele. La sal deja de serlo ante la lengua. No se ama. En el punto más alto sólo existe la sensación de vacío, de que algo debería haber luego de tanto subir y subir y subir y subir... Arriba uno se da cuenta de que es falso que los Alpes no se pueden suplantar. Es lo mismo Mont Blanc que Maldito. Los Alpes son los Pirineos y los Andes y el Himalaya y el Kilimajaro. Los Alpes son la Cordillera Centinela. En ese abatimiento Elbrús es identico a 3938 y después de de subir la numeración es lo único que sigue, pero en descenso. Baja. Treinta y siete: Erebus. Treinta y seis: ¡No bajes! Treinta y cinco: ¡Debes seguir subiendo! ¡Más alto! Treinta y cuatro: Aunque tu cadáver descanse en el pico más elevado del reino, seguirás bajando, Mulhacén. Treinta y tres: Maldito. Treinta y dos: Terror. La música aún es imparable. Aún sin ser propias las “noches árticas” no abandonan. Estás perdido, Altazor. Solo en medio del universo. La caída sigue. ¿O era sólo un sueño? Era un casi sueño, parcial pesadilla, sin historia. Ya no hay monte que subir y después de tanto subir la caída es inmensa. La gravedad sube. La velocidad sube. Ya no hay tiempo. No hay más palabras. La caída es cada vez más próxima e infinita. Continúa. Se pierde el peso. Ya no se puede subir: la caída es más próxima, continua. Es infinita. Es repetitiva. Es infinita. Es repetitiva. Es sinfinita. Es repepetitiva. Estás perdido Bajazor. Estás perdido y lo sabes. Ya no sabes subir. En la caída hablas contigo. Te hablas como si fueras el interlocutor.  Recuerdas la decepción de la cima y te das cuenta de que era el prefacio de la caída. Estás perdido, Sísifo. Sólo en medio del universo. No hay dioses a quienes reclamar. Ya no habrá cima de nuevo. Oíste al segundo mensajero y ahora te desplomas como una  montaña ardiente. Caes. No hay sima y lo sabes.

Carlos Aguilar Esparza

Lhotse

martes, 14 de agosto de 2012

Kilotones

A sesenta y siete años de una de las acciones más imprudentes de la humanidad y sin afán de herir a los afectados.

Kilotones

Hay veces que me sé roto
-como un átomo de Uranio 235-,
totalmente destructivo por mi dolor;
que me siento un Little Boy
que usa sombrero de hongo
y sé que destruiré
todo lo que esté a mi alcance,
aunque no quiera.

Hay otras que me siento derrotado,
bombardeado por neutrones,
entonces siento que mi alma se divide,
que se fisiona,
que explota infinidad de veces,
que está descontrolada
y que arrasaré
lo que se encuentre ante mi caída,
que nada podrá sostenerme.

Soy devastador
a manera del final de una guerra.
Soy la paz porque no queda de otra,
porque ya no hay quien recuerde a los héroes
ni acto épico que no sepa a deshonra.
Mi nombre no es el de la rendición
pero igual daría que lo fuera:
ya he gastado toda mi energía
(más de doscientos megaelectrovoltios)
en explotar.

Soy aniquilador
y tengo conciencia de ello,
pero las más veces
me siento como hibakusha.
Reniego de mi fortuna,
de seguir aquí
y tener que soportarlo todo.
¡Qué angustia saber que no existe el futuro,
que viene en alas de una parvada de grullas
que no completaré antes de la muerte!

Hay veces que me siento derrotado,
que me sé roto,
pero no puedo hacer nada al respecto.

Carlos Aguilar Esparza