miércoles, 19 de diciembre de 2012

Las noches solas - Del sueño, el insomnio y las pesadillas

Hay días en que no puedo dormir y hay otros en que no puedo despertar. Algunas veces no puedo dormir sino hasta que ya es demasiado temprano y después nadie logra hacerme despertar, sólo alguna pesadilla. Se lo adjudico a algún medicamento que tome hace mucho tiempo (y hace no lo suficiente), uno del orden de las benzodiacepinas. Hace poco me dijo un médico que no bebí tomarlas a esa edad y que que psiquiatra tan irresponsable (uso otras palabras) por darme dosis para adulto -para un adulto de talla pesada- por un periodo tan largo. Las tomé durante un poco más de un año, mañanatardeynoche, hasta darme cuenta de que yo ya no era el mismo. Entonces las quise dejar. Obviamente las dejé.

Bueno, una temporada. Seguí surtiendo mis recetas y consumiendo las tabletas, un cuarto, media tableta. En ocasiones dos tabletas, 4mg. Siempre con chocolate o con alcohol (a fin de cuentas el hígado se regenera y páncreas ¡pa'qué lo quiero! si el mundo se va a acabar -ya entonces estaba mentalizado con el fin del mundo-). Ya no lo consumía diariamente -al principio-. Eso me hacía feliz.

Comencé a tener problemas. Ya no dormía -así, literal-, la respiración se me hacía mucho más difícil, de nuevo necesité el bromuro de ipratropio. No recuerdo mucho de aquél tiempo. Comencé a olvidar. Me di cuenta de que necesitaba más. Entonces lo dejé. De tajo. No sé si lo sepan en mi casa, solamente mi hermana. Ella se dio cuenta de la ansiedad y del insomnio y del miedo. Se dio cuenta igual que cuando me encontró a nada de tragarme 120 pastillas de 2mg, clonacepam, rivotril.

En la última mitad del año no he vuelto a colocarme una pastilla de esas en la mano, pero por estas fechas ya no puedo dormir. Antes no podía despertar, tardaba horas en llegar al estado de vigilia. Ahora tardo horas para dormir. Además, estoy en estado de espera. No sé qué haré desde hoy hasta febrero que me reencuentre con Mateo.

Cuando consigo dormir, tengo pesadillas. Hay una que es recurrente -y además muy absurda-: Es de noche, todo esta en penumbras y yo estoy sentado como a tres metros del interruptor de luz. Lo miro fijamente. Algunas veces yo soy yo mismo, pero otras veces me veo desde afuera. Me levanto y camino hacia el botón, pero justo antes de llegar, alguien más lo obtura. Estoy seguro de que es alguien más. No puedo verlo -además es hombre-. La sala se ilumina y entonces despierto. Es absurdo, realmente no puede ser tan terrible como para hacerme despertar, pero es muy vívido. Estoy seguro de que quien enciende el foco ya estaba allí desde antes de que yo me diera cuenta de la oscuridad. Eso me aterra. Además de no poder encender yo. Me gusta hacer las cosas yo, que nadie las haga por mí sin que estemos de acuerdo. No sé lo que significa esa pesadilla. La he tenido noche a noche desde el domingo. Jamás había temido así.

En mi cajón tengo algunas pastillas. Eso me da fuerza para no tomarlas -saberlas cerca-. Estoy seguro que si estuvieran, no sé, como a 120km iría en seguida hasta ellas, es una especie de droga, pues. Pero no lo haré. No ahora, quiero creer que todavía me queda al menos un poco de voluntad.

2 comentarios:

  1. Caminante de Las noches solas - Del sueño, el insomnio y las pesadillas, me es difícil, ignorar este texto conociendo parte de la historia, espero que te encuentres bien.

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    1. Gracias, ahora me encuentro mucho mejor. Te mando un abrazo hasta donde estés. :)

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